La actividad física es muy recomendable para mantener un buen estado de salud físico y mental. De hecho, la Organización Mundial de la Salud recomienda que los adultos dediquen como mínimo 150 minutos semanales al ejercicio aeróbico de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad alta [1].
Se ha demostrado mediante estudios científicos que, al practicar deporte aérobico, mejoramos la circulación al disminuir la presión sanguínea [2].
Además, la práctica diaria de actividad física hace que desconectemos un tiempo de las pantallas digitales, que pueden ser factores asociados a los síntomas de sequedad y fatiga ocular.
Sin embargo, al practicar deporte al aire libre, debemos tener en cuenta que es muy importante proteger la superficie ocular ya que los ojos están expuestos al ambiente, y, por lo tanto, a las posibles agresiones externas.
En época de pandemia, el running se ha puesto de moda. Después de un largo día de teletrabajo, y con las restricciones sociales actuales, una carrera al aire libre es de las actividades más concurridas.
Pero al correr, los factores meteorológicos como el viento, el calor y el sol, pueden aumentar la evaporación de la lágrima [3]. Si eres uno de los muchos adeptos al running, experimentado o novato, es una buena idea proteger tus ojos para que la práctica se pueda llevar a cabo con éxito y, sobre todo, sin perjudicar a tu salud ocular.
Otro deporte de moda este año de pandemia es el paddle surf o surf de remo, una manera asequible de disfrutar de un paseo por el mar. Es importante protegerse de la luz ultravioleta al realizar actividades acuáticas, ya que ésta se refleja hasta un 13% sobre el agua y la exposición a UV, especialmente crónica, podría afectar a la visión [4].
También están las actividades deportivas en alta montaña, que pueden conllevar un mayor riesgo de sequedad ocular por evaporación de la lágrima debido a la alta altitud y a los factores climáticos [3] [5].
Por lo tanto, antes de realizar una actividad deportiva al aire libre, además de otras medidas preventivas, puede ser recomendable el uso de lágrimas artificiales que pueden mejorar la hidratación de la superficie ocular en determinadas condiciones ambientales.
Además, no podemos olvidar usar gafas de sol certificadas y adecuadas según la actividad [4].
Es recomendable visitar a su oftalmólogo periódicamente para su seguimiento por tal de consultar todo tipo de duda relacionada con la salud ocular.
[1] Organización Mundial de la Salud. Recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud. 2010. Consultado en Octubre 2020. Disponible en: https://www.who.int/dietphysicalactivity/publications/9789241599979/es/
[2] Nystoriak, Matthew A., and Aruni Bhatnagar. Cardiovascular effects and benefits of exercise. Frontiers in cardiovascular medicine 5 (2018): 135.
[3] Van Setten, Gysbert, et al. Evidence of seasonality and effects of psychrometry in dry eye disease. Acta ophthalmologica 94.5 (2016): 499-506.
[4] Behar-Cohen et al. Ultraviolet damage to the eye revisited: eye-sun protection factor (E-SPF®), a new ultraviolet protection label for eyewear. Clin Ophthalmol.2014; 8:87-104
[5] Gupta N, Prasad I, Himashree G, D’Souza P. Prevalence of dry eye at high altitude: a case controlled comparative study. High Alt Med Biol. 2008 Winter;9(4):327-34.