Llega el invierno, y con él la nieve. Época para los amantes de las excursiones, del esquí, del snow y del resto de las actividades al aire libre.
Todas estas actividades tienen lugar por lo general, en zonas de altitud elevada, donde las temperaturas disminuyen y la intensidad de los rayos de sol aumentan. Se ha demostrado que la proporción de radiaciones ultravioletas (UV) aumentan un 10% cada 1000 metros de altitud. [1]
En invierno disponemos de menos luz natural y la intensidad del sol no es tan elevada. Aun así, debemos de tener mucho cuidado en cuanto a los rayos ultravioleta se refiere, sobre todo en zonas de montaña y nieve, ya que es muy fácil sufrir una sobreexposición solar.
La nieve tiene la capacidad de reflejar el 80% de los rayos solares, el agua alrededor de un 25% y la arena alrededor de un 15%. La radiación UV es absorbida por el ojo pudiendo producir lesiones en él. Se ha demostrado que la exposición a la radiación reflejada afecta más a nivel ocular que en la piel. [2] [3]
La lesión ocular más frecuente en la nieve es la queratitis solar o la “ceguera de la nieve”, que es una afección ocular dolorosa que implica una inflamación de la córnea, la parte transparente más externa del ojo, causada por la sobreexposición a los rayos ultravioleta. [1]
Los síntomas de esta lesión incluyen:
Por lo general, estos síntomas no aparecen hasta pasadas unas cuantas horas de la exposición, como pasa con las quemaduras solares de la piel.
La forma más eficiente de proteger nuestros ojos de este tipo de lesiones, independientemente del clima y del tiempo de exposición, es mediante el uso de gafas de sol durante toda la estancia en el exterior.
Las gafas de sol están categorizadas en función del nivel de protección que ofrecen frente a los rayos UV. En este caso el filtro recomendado es el 4 (el más alto). [4]
Además, las gafas deben estar polarizadas ya que reducen los reflejos. [5]
Por otro lado, resulta necesario que estas gafas estén homologadas (que cumplan con las normas ISO y tengan el sello CE) con filtros adecuados contra la radiación solar por tal de garantizar la máxima protección ocular. [5]
Bibliografía:
[1] Guía práctica, OMS, OMM, Naciones Unidas, Comisión Internacional de Protección contra la Radiación no Ionizante
[2] Cañarte, Radiación Ultravioleta Y su efecto en la salud, Ciencia UNEMI, 26-33, 2010
[3] Behar-Cohen et al. Ultraviolet damage to the eye revisited: eye-sun protection factor (E-SPF®), a new ultraviolet protection label for eyewear. Clin Ophthalmol.2014; 8:87-104
[4] https://www.tuoptometrista.com/proteccion-solar/requisitos-que-deben-cumplir-unas-gafas-de-sol/
[5] https://www.tuoptometrista.com/como-puedes-cuidar-tu-salud-visual-en-invierno/
[6] https://www.aao.org/salud-ocular/consejos/ceguera-de-la-nieve